El gran filósofo Confucio sentó las primeras bases de un buen gobierno en China, a pesar de que nunca estuvo satisfecho de los que había aportado con tal fin en los diferentes cargos que desempeñó, desde magistrado local hasta primer ministro. Al retirarse de la vida pública escribió sobre aspectos políticos y gobierno, incluyendo su criterio sobre varias cosas.
Otros contemporáneos de Confucio se interesaron
también en los asuntos administrativos y de ellos Micius o
Mo-ti fundó, 500 años antes de Jesucristo, una rama
de la misma escuela, que
difería fundamentalmente en aspectos filosóficos
más que en principios.
A través de varios siglos, los chinos tuvieron un
sistema
administrativo de orden, con un servicio civil bien desarrollado
y una apreciación bastante satisfactoria sobre muchos de
los problemas
modernos de administración
pública.
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